Enfermedad Hepática

La definición de enfermedad según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la de “Alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible”.

Enfermedad hepática es aquella que provoca que el hígado funcione inadecuadamente o deje de funcionar.
Cuando el hígado se encuentra afectado por alguna enfermedad es común que surjan síntomas como ictericia (coloración amarillenta en la piel y en los ojos), orina oscura, heces claras, negras o con trazas de sangre, aumento e inflamación del hígado, dolor abdominal (especialmente del lado derecho después de comer), hinchazón del abdomen, picor o prurito, fatiga o cansancio, fiebre, diarreas o pérdida de apetito.
Sin embargo, el hígado también puede estar comprometido y la persona no presentar ningún síntoma, siendo descubierta alguna alteración al realizar exámenes de sangre que evalúan las trasnsaminasas, enzimas hepáticas como ALT, AST, GGT y bilirrubina, o a través de exámenes de imagen como por ejemplo tomografías o ecografías.

Enfermedad Hepática Infantil

Las enfermedades hepáticas infantiles en su mayoría son enfermedades congénitas o tienen componente genético, aunque también pueden ser sobrevenidas, provocadas por agentes externos o ambientales.

La forma en que un individuo percibe la salud y la enfermedad es un fenómeno complejo y particular de como éste reacciona en conjunto y enfrenta la situación en diferentes dimensiones de su personalidad (emocional, racional, físico y espiritual por ejemplo). Así, cada persona vivirá la experiencia de salud enfermedad de manera diferente y esto condicionará el significado que dé a tales experiencias.
En este sentido el paciente pediátrico en sus etapas más tempranas, al no tener aún desarrolladas la parte emocional, racional y espiritual de su personalidad, centrará el peso de su evolución y por consiguiente de su recuperación exclusivamente en el plano físico, no dotando de componente negativo al proceso de la enfermedad.
Por eso es muy importante que nosotros como cuidadores acompañemos al paciente desde una perspectiva optimista, rodeándole en todo momento de alegría y estímulos positivos.

Clasificación de enfermedades hepáticas

Las enfermedades hepáticas infantiles se puede clasificar de diferentes formas; a continuación os dejamos una de ellas con un brevísimo resumen de estas.
Enfermedades colésticas:  producidas por una alteración en el flujo biliar.
Enfermedades metabólicas pueden ser hereditarias o adquiridas, debidas a la interrupción de una cadena de síntesis por ausencia de una enzima, a una anomalía endocrina o alimentaria. hepatitis: inflamación del hígado que produce destrucción de las células hepáticas, puede ser de carácter agudo (I HAG) o crónica (viral, autoinmune, enfermedad de injerto contra huésped o idiopática).
Hepatitis: inflamación del hígado que produce destrucción de las células hepáticas, puede ser de carácter agudo (I HAG) o crónica (viral, autoinmune, enfermedad de injerto contra huésped o idiopática).
Tumores: son relativamente infrecuentes entre la población infantil (entre 0,5 y 2,5 casos/millón de habitantes). Hay varios
tipos: hepatoblastoma, hepatocarcinoma, hemangioendotelioma, histiocitosis, sarcoma embrionario indiferenciado de hígado, cariocarcinoma de hígado de lactantes, hemangioendotelioma epitelioide y cáncer de hígado metastático.
Misceláneas: cirrosis criptogénica, enfermedad veno- oclusiva hepática, fibrosis hepática congénita, síndrome de Budd- Chain, hepatopatía mitocondrial…